De Oro pálido (1923)
Lado a Lado (1914-1916)
Tarde de seda
I
La tarde
suave
Como una
pluma…
¡La tarde no
habla
Pero
perfuma!
La tarde
calla
Su
despedida,
Pero en
silencio
Mece la
vida.
Con su
dulzura
De fin del
día,
Es la serena
Sabiduría.
Con su
tocado:
Oro, azul,
lila,
Es la
belleza
Rara y
tranquila.
II
Junto a tí
paso
De amor la
vida
Como una
tarde
Lenta y
dormida.
Mi amor
callado
Su flor
consume…
Te dice todo
Con el perfume.
Finge mi
raro
Verso de
amor
Su panorama
Multicolor…
III
Deja que te
ame
Con alma
queda,
Como una
fina
Tarde de
seda.
Deja que
pase
Calladamente,
Como un
silencio
Sobre tu
frente.
Déjate ir,
Como
dormida,
Sobre mi
sueño….
Sobre mi
vida….
Bajo la
tarde
Que fluye al
mar
De oro y
violeta
Crepuscular…
La mirada dormida
Miras la
mirada larga
Como perdida
y sin objeto
Como
esparciéndose en un más allá,
Bajo un tul
fino de tristeza
Y en un
silencio pensativo,
¡ Tan
finamente pensativo y triste
Como tu
propio afán !
Ves la vida
recóndita
Que se mece
en la calma de mis ojos,
Que se vela
en un fino tul de lágrimas,
De ensueño y
de serenidad…
Preguntas
con silencio elocuente
Adónde va el
ensueño
De mis
pobres pupilas estancadas
Y en
éxtasis,
¡ Adónde va
la interrogante larga
De la
meditación y de pesar !
Mis ojos
miran hacia adentro,
Bajan al
fondo de la vida interior.
Imperturbablemente
Están como
estancadas linfas claras
Velando la
meditación.
Indiferentemente
Recogen esta
luz de los crepúsculos
Profanos,
La claridad
tornasolante
De la vida
exterior…
Con el suave
silencio
Con que
difunde su alma la flor,
Para no
perturbar la obra profunda
Se han
dormido los ojos
Y hacia
adentro ha bajado la atención….
¡ Para
hallar perlas puras,
En el amargo
piélago
De la vida
mecida y combatida,
Serenidad es
lo mejor:
Una
serenidad de vida oceánica
Transparenta
el enigma,
Llora su
perla bondadosa
Y endulza el
húmedo corazón !
Miro hacia
el fondo
De mi pálido
ayer.
Bajo por la
raíz larga del tiempo
Y de la vida,
Por el
camino pálido
De mi
desordenada adolescencia,
Y miro el
fruto de mis años
Equitativo y
fiel…
Lloro con
este fino tul de lágrimas
Y de
silencio ;
Lloro con mi
virtud perseverante
La fuerza de
ilusión dilapidada,
¡ El
tornadizo y oscilante
Venir,
pensar y florecer !
Contemplo el
daño irreparable
De las horas
perdidas
Que se van
sin dejar huella en el alma,
Ni de mal ni
de bien…
Veo venir la
Muerte,
La
Ineluctable, cada vez más próxima,
Como una
fría insinuación de invierno :
¡Y redondeo
en síntesis mi vida,
La imagino,
la evoco,
Para crear
esperanza.
De que es
posible el porvenir soñado,
Y alimentar
la vocación enérgica
De la virtud
y el laurel !
En el suave
silencio,
Tras los
ojos profundos,
Trabaja un
vasto sueño de justicia,
De belleza y
verdad….
El alma se
contempla en el camino
Del tiempo ;
El alma se
escudriña en el presente
A sí propia
Con
despiadada serenidad.
Trabaja el
noble espíritu
Con vibrante
conciencia
Por definir
su bien y mal.
Nada
circunstancial turba el juicioso
Repliegue de
la vida entre sí propia:
Bajo la
sombra de los ojos pálidos
Arde como
una estrella
El alma de
los versos,
La belleza
inmortal.
Bajo el
quieto silencio de los ojos,
Una aptitud
serena de justicia
Pesa el
tiempo y la obra,
Clasifica
los sueños,
Elige el ramo
de las flores puras,
Alza una voz
de posteridad.
Bajo la
vaguedad de las pupilas
(Que semejan
remansos de la muerte)
Hay un hondo
optimismo,
Un amor a la
vida, inmarcesible;
La seda
pálida,
La sombra
lírica,
La triste
lágrima,
Son como los
suspiros de la fuerza,
Caracterizan
mi virilidad…
Mariposa
Con dos alas
inmóviles abiertas
Son los ojos
;
Dos alas de
silencio
Sobre una
flore de meditación…
Perfuma el
suave pensamiento
Bajo la
inmóvil mariposa
De los ojos
abiertos y dormidos….
¡Bajo las
alas de silencio
Palpita el
alma en flor!
Bajo el
silencio pensativo
De la
celeste mariposa pálida
Inciensa su
perfume más recóndito
La primavera
de tu amor ;
¡Canta con
su cuidado más secreto
Tu bondadoso
corazón !
Y la mirada
larga
Que penetra
las horas y los días,
Te busca por
la vida del recuerdo
Para verte
mejor ;
Te sueña en
el futuro de los sueños
Siempre
inmutable: lado a lado
De mi
destino y mi pasión.
Deja dormir
los ojos
Y la mirada
suspendida
Como en un
vago más allá,
Bajo un tul
fino de tristeza
Y en un silencio
pensativo,
¡Tan
finamente pensativo y triste
Como tu
propio afán ¡
Deja flotar
la vida
Que se mece
en la calma de mis ojos,
Que se vela
en un fino tul de lágrimas,
De ensueño y
de serenidad…
Contempla
con silencio elocuente
Adónde va el
ensueño
De mis
pobres pupilas estancadas
Y en éxtasis,
Adónde va la
interrogante larga
De la
meditación y del pesar….
Tu alma vive
en el fondo de mis ojos ;
Florece en
la hora grave
Del
pensamiento,
Canta en la
sombra suave
De la
pudibunda idealidad,
¡ Bajo de la
mirada adormecida
En el
ensueño y en el más alá !
De Desnudez (1931)
El lirio
“Y por vestidos ¿por qué os acongojáis?
Reparad los lirios del campo, cómo crecen;
no trabaja ni hilan; mas os digo que ni aun
Salomón con toda su gloria fue vestido así
como uno de ellos”.
(El Evangelio, San Mateo, cap. 6º, v. 28 y 29)
I
¡Oh lirio,
ni hilas ni trabajas
Y estás
mejor vestido que Salomón!
Sólo
cubierto de tí mismo,
Como te vió
en el campo el Anunciador,
Yergues tu
aromada delicadeza:
Terciopelo,
confianza y amor.
Eres tan
sólo un lirio y te han llamado
Príncipe,
por tu innata distinción;
Y a pesar de
tus blancos silencios
Hablas con
nuestro lirio interior.
A orillas del camino
Por donde va
el humano dolor,
¡Oh lirio! Todo abierto
Sin otra
égida que tu blancor
Al igual que
los niños y las vírgenes;
Sin otra protección
Que tu
dulzura trémula de lirio,
Puñadito de
blanca sugestión:
Los nobles sentimientos
Te han
defendido como espadas ; la divina emoción
Que dan las
cosas frágiles y bellas
Fue tu escudo mejor.
¡Fortaleza
de gracia tiene el dulce cautivo
Conquistador!
II
¡Oh campos de mi vida,
Tierras de
la parábola y de la flor !
Alta es la
gloria del alma desnuda,
Traje de
lirio tiene su canción.
Como en la
fresca infancia de pies rosados,
Como en la
adolescencia del señor Amor,
Hoy se
entrega al mundo volcándose fuera
En versos
vestidos de su propio yo.
Nuestra vida
concentra en secreto
Hondas
florescencias que buscan el sol;
De fuera las
llaman, las miman, las urgen,
Y un día se
vuelcan hacia el exterior…
¡ El verso
es la vida desnuda en belleza
La flor de
la vida interior !
III
Yo sé lo que
pasa en mi alma
Cuando está
bullente con la inspiración:
Una fila de
trémulos lirios
Se pone lo
mismo, bajo el lindo sol ;
Doradas
abejas entre los naranjos
Producen el
mismo rumor ;
El alma
extasiada se parte en corolas
Cual si
fuera un jardín de emoción….
Viene así la
anhelada, anhelante,
Divina canción ;
Lleva traje
de seda del alma,
Desnudez de
verdad y de amor ;
¡Se viste de
su propia, secreta primavera,
Como el
lirio del campo que Jesús ponderó !
Los poemas
tomados de Desnudez pertenecen a su
reedición en Si pensaras la rosa…
(1954) Editorial Nueva Impresora – Paraná, 1954.
Los poemas
tomados de Oro pálido pertenecen a su
reedición en La cigarra (1955)
Editorial Nueva Impresora – Paraná, 1955
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