en
El agua y la noche (1924-1932)
Editorial de Entre Ríos. Colección Homenajes. Paraná, 1993.
Mi voz es
opaca y sin brillo y vale poca cosa
para
reforzar un coro. Sin embargo me sirve muy
bien para
rezar yo solo bajo el cielo azul.-
León
Felipe
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Mirado
anochecer
Tras
la lejanía de las quintas ya obscuras
el
sol es ahora sólo un recuerdo rosado.
Dos
vacas melancólicas parece que viniesen
del
ocaso con toda su morosa nostalgia.
Y
por oriente otras, blancas, con recentales
en
la luz ideal que casi las azula.
Balidos.
Las chicharras cantan. – Aunque tú eres,
me
hubiera yo quedado un rato más aquí.
(1924)
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Señor….
He sido, tal vez, una rama de árbol,
una sombra de pájaro,
el reflejo de un río…
Señor
esta
mañana tengo
los
párpados frescos como hojas,
las
pupilas tan limpias como de agua,
un
cristal en la voz como de pájaro,
la
piel toda mojada de rocío,
y
en las venas,
en
vez de sangre,
una
dulce corriente vegetal.
Señor,
esta
mañana tengo
los
párpados iguales que hojas nuevas,
y
temblorosa de oros,
abierta
y pura como el cielo el alma.
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("Ideas...a mí", Silvia Lissa)
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Entre Ríos
Es
tan clara tu luz como una inocencia
toda
temblorosa y azul.
Tu
cielo está limpio de humo de chimeneas
curvado
en una alta
paz
de agua suspensa.
Y
tus ciudades blancas, modestas, casi tímidas,
ríen
su aseo rutilante entre las arboledas.
No
hay en tu tierra gracias sorprendentes de líneas,
-apenas
si una suave melodía de curvas-
pero
tiene ella un
encanto
de mujer, de sencilla, de agreste
belleza,
vestida
de un silencio verde y feliz de campo,
toda
húmeda de una alegría de arroyos,
con
una cabellera densa de árboles libres.
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Siesta
Tendido a la sombra de
un árbol, yo soy un niño
dormido en medio del campo.
La tierra parece que
tiene suavidad de falda.
El cielo puro de agua
da con su vaga corriente
unas espumas de nubes
y sobre el cielo, el follaje
un traslúcido bordado
hace y deshace, indeciso,
reduciendo el lujo etéreo
a un temblor de monedas
que me enriquecen la sombra.
El viento entra en el sueño
como una música que
trae el anhelo del campo,
ya extático o vagabundo,
soñando con sus secretos,
o tendido al horizonte.
El viento dice el ensueño
de esta paz verde y fluída
bajo su respiración.
Tendido a la sombra de
un árbol, yo soy un niño
dormido en medio del campo.
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Pesada luz
Mi hijo se duerme aquí,
a mi lado, sobre el pasto.
Y entró en el sueño entre un
lujo agreste de juguetes:
la danza de los reflejos
encendiendo y apagando
un temblor de pececillos
en el agua azul del cielo
de donde surte un ruido
fino y roto de alegría
destrozada no sé dónde…
quizá en su misma pureza.
Entró en el sueño mi hijo
entre una magia de flores
que los suspiros de los
ángeles hacen temblar
y llevan de un lado a otro
como en deshojamiento
de la gran rosa del día
dormida sobre los campos…
Entró en el sueño mi hijo
jugando con unos frescos
animalillos que le
buscaban las manecitas,
y unos dedos vagos que
le acariciaban la cara
con una suavidad tanta
que parecían morirse
al tocarle las mejillas.
Entró en el sueño mi hijo
mirando el denso follaje,
oyendo cantar los pájaros,
rodeado de mariposas,
acariciados por los
tallos altos y sutiles,
con una brisa ya medio
dormida sobre los párpados.
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Dios se
desnuda en la lluvia...
Dios
se desnuda en la lluvia
como
una caricia
innumerable.
Cantan
los pájaros entre la lluvia.
Las
plantas bailan de alegría mojada.
La
tierra
como
una hembra
se
disuelve en los dedos penetrantes
con
una palidez de mil ojos desmayados.
Camino
bajo la lluvia, todo mojado, cantando,
hacia
mirajes que huyen en un rumoroso sueño.
Lluvia,
lluvia!
Desnudez
del dios
primaveral,
que
baja danzando, danzando,
a
fecundar la amada
toda
abierta de espera, quebrada ya de ardor
amarillo
y largo.
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Tarde
El mundo es un pensamiento
realizado
de la luz.
Un
pensamiento dichoso.
De
la beatitud, el mundo
ha
brotado. Ha salido
del
éxtasis, de la dicha,
llenos
de si, esta tarde,
infinita,
infinita,
con
árboles y con pájaros
de
infancia ¿de qué infancia?
¿de
qué sueño de infancia?
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Lluvia
Todo
el día mi alma hoy estará suspensa
de
la voz del agua,
como
en un sueño
mojado.
La
voz del agua
dulcemente
cierra el mundo!
¡La
voz del agua!
Todo
el día seré un niño
que
se está durmiendo.
La
vida será sólo
una
voz querida.
hola muy lindo libro
ResponderEliminargracias por sus poesias muy profundas
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