sábado, 4 de mayo de 2013

Auto - Prédicas / Daniel Elías


I

Tenga tu intrepidez el alto vuelo
del águila caudal, que aunque pequeña
abanica las nubes, y se adueña
de la rebelde inmensidad del cielo.

Sé atrevido y tenaz como el riachuelo
a quien no ataja la egoísta peña,
y rodando y rodando sueña y sueña
malgrado los obstáculos del suelo.

Ten la audaz convicción de que más vales
cuanto más mordedor es el murmullo
de la sorda opinión que te rodea;

y afianzado en el asta de tu orgullo
sé la bandera de los vendavales
que cuanto más la soplan más flamea.

II

No mires hacia atrás. Ten la certera
seguridad del rumbo de tu destino,
y como otro Quijote peregrino
abre a los vientos tu marcial quimera.

Si tienes una convicción sincera
debes gritarla en insolente trino,
y sea tu verdad una bandera
desplegada a lo largo del camino.

Que triunfes o no triunfes poco importa;
que la senda sea larga o corta
no debe molestarte; ni tampoco

que las gentes se rían a tu paso,
pues llegues o no llegues, es el caso
que todos te dirán que fuiste un loco.



III

 Con tu verso mejor canta las cosas
más altas y más nobles de la Vida,
y en la apertura cruel de cada herida
pon tu manojo olímpico de rosas.

En tus diarias vigilias afanosas
haya sinceridad, y en tu escondida
capillita interior, fomenta y cuida
el culto de tus rimas generosas.

No te importe de nada ni de nadie;
tu suficiencia personal irradie
con el fulgor humilde del cocuyo,

y si mides lo tuyo con lo ajeno
verás que si lo tuyo no es tan bueno
tiene el mérito propio de ser tuyo.
 Ilustración: De la Mancha, por Abimael Ortiz Alvarez 


en Obra poética. Prologada y comentada por Miguel Angel Federik, Coordinada por Guillermo Mondejar. 1era. Edición. Colección El país del sauce. UNL/UNER – Santa Fe:2013


No hay comentarios:

Publicar un comentario